martes, 8 de febrero de 2011

Híbridos

Qué pobres que somos. Qué híbridos. Libidinosos. Paupérrimos. Pobres.

Tan pobres en suerte y tan ricos en secretos.
Somos como una máquina insensible, que funciona mientras encajen los engranajes. No importa que hayan pasado siglos, basta con que alguien arranque la maquinaria para que todo sea posible nuevamente.

Qué híbridos. ¿De dónde salimos así? Qué par de seres amorfos tan horribles y perversos, insaciables y mezquinos.

Yo sólo quiero limpiar mis vísceras un poco. Que haya un estropajo interno que me saque brillo otra vez. Quiero un balde agua y lavandina para mi cabeza, y mariposas nuevas para reemplazar las que murieron en mi estómago, ahogadas en whisky.

¿Y vos, qué querés? ¿Engranajes nuevos, una mano de pintura, una esponja y un jabón? ¿O te conformás conmigo como compañía de acá a que se nos gasten las bujías? ¿Te basta con este ser de mil páginas, insensible y atroz para sentirte vivo?

Somos la  misma insensatez, y a mi me basta con que compartas un poquito de mi demencia, un momento de mis rituales dionisíacos, una pizca de acidez y amargura, para sentirme un ser menos nocivo.


Dorian

No hay comentarios:

Publicar un comentario