martes, 4 de enero de 2011

Algún día que no recuerdo bien.

Ay Delia, Delia... ¡Cómo intentaste corregirme! ¿No te das cuenta que es en vano? Yo soy un ser corrupto de nacimiento, y empeoro con el tiempo. ¿Cuál fue tu problema esa noche? Bien sabés que las noches son mías; sin embargo no te vi muy forzada ni afligida esta tarde... ¿Qué? ¿No eras vos? ¿Era un cuerpo que se movía solo por inercia? Tenés un lado oscuro, Delia, no sos solamente una violeta entristecida (dirás que yo soy un Narciso sin estanque, ya sé...), sino una valija llena de porquerías que no se puede cerrar por el temor a librarse de ellas: tus miedos, tus prejuicios, tu inseguridad. ¿Por qué no los arrancás de vos y brillas un poco conmigo?

Dorian

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