jueves, 19 de julio de 2012

Frío. Mucho frío.

Las uñas mordidas y los labios que sangran.
La vista en el suelo, los hombros encorvados.
Y frío. Todo el  tiempo  tengo frío.
Me dijeron que la soledad se disfraza de compañía para roer los huesos.
Me dijeron que se disfraza de abrazo y asfixia.
Me dijeron que a veces te habla de cerca, como si fuera a besarte, pero se mete adentro tuyo y te come las vísceras.  
Me dijeron, yo no sé.

Yo solamente tengo mucho frío (todo el tiempo tengo frío) y hambre, por eso me como las uñas.
Tengo frío y rabia guardada, por eso me muerdo los labios.
Tengo miedo de que cuando pregunten y mienta los ojos me delaten, por eso miro al piso.

Pero no me encorvo por miedo a que alguien me coma un riñón, el estómago, un pulmón:
me encorvo porque tengo frío. Todo el tiempo tengo frío.

Delia

2 comentarios:

  1. A Rodion Romanovich Raskolnikov le gusta esto.

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  2. Tiene una unidad perfecta, tanto que tuve que comentarlo de nuevo (esta vez en serio).

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