miércoles, 2 de marzo de 2011

A Catalina, desde el Averno.

Perversiones a medias
o quizás me buscabas
mientras reías indiferente.
O el campo perverso
siempre a medias.
Catalina.

Y si la penumbra
me alumbra.
Esta aspereza de semiconciencia
pero vos y New York.
Me sangra el cuerpo deforme.
Y la Luna.

Peripecias atiborradas en rincones
o yo estaré enloqueciendo.
Son las dos y diez.
¿Para qué miente tu castillo
húngaro de nueces de Pecán?

No hay comentarios:

Publicar un comentario