Tan simple
tan blanca tan
nimia y tan
avasalladora.
Tanta oda memorizada
y tan falta
de palabras.
Tanta sonrisa
tanta poesía y
tanta miseria.
Siempre silenciosa
siempre gritándote
con ruegos camuflados.
Tanta vida
tanta noche
y cambiaría eternidades
por una sola tarde acrílica.
Tanto veneno
tanto atenuante
y al volver en mí
seguís siendo marfil.
(¿Será de desprecio tu sonrisa?)
Sustancia corrosiva
mi Carmina.
Delia